“Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer.” Romanos 12:1 DHH. Un pastor africano fue apresado por rebeldes que exigían que renunciara a su fe. El pastor se rehusó; la noche anterior a que lo ejecutaran, escribió lo que sigue en un pedazo de papel: Soy parte de la comunidad de los No Avergonzados Conozco el poder del Espíritu Santo. Las cartas se han repartido, he cruzado la línea, he tomado la decisión: soy discípulo de Cristo. No miraré hacia atrás, no cesaré, no daré la vuelta, no callaré. Mi pasado está redimido, mi presente tiene sentido, mi futuro está asegurado. ¡He acabado definitivamente con la vida mezquina, el andar por vista, los planes pequeños, los sueños incoloros, la visión dócil, la conversación mundana, la avaricia a la hora de dar y las metas enanas! Ya no necesito la preeminencia, ni la prosperidad, ni los puestos de impo