06/Sept/2008| Por: Gonzalo Jiménez Dios es bueno. Discuten acerca de la inquisición, que en si misma es condenatoria. Jesús no vino a condenar sino a salvar. Creen que la condición actual de la mujer es culpa de Dios cuando en su Palabra le ha dado una posición de honor. Se mofan de violar niñas de 16 años en Melgar o en una playa al ritmo de una parranda vallenata, de cogerle el rabo a la empleada de servicio, de seducir y violar mujeres casadas a la luz de películas licenciosas en moteles, lugares de reunión de pederastas y asesinos, territorios “asequibles” a sus impasibles pensamientos, para rebajarlas a la minima expresión del ser y luego dicen que porqué Dios, ha permitido que ellas: las mujeres, permanezcan en un segundo o tercer plano, sin apenas voluntad. Y apelan al poder de Dios para normalizar esta situación en un plano más justo y evitar que en pleno siglo XXI, en zonas rurales de Colombia haya mujeres que existan poco menos que como un animal