Tomado de 503 Ilustraciones Escogidas
“¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!” Isaías 5:20
Un joven predicador llegó a pastorear su primera Iglesia. La congregación era pequeña y estaba compuesta en su totalidad por la gente de un pequeño pueblo maderero. Todos trabajaban en la industria de la madera del lugar, que se hallaba en fuerte competencia con otra empresa a unos kilómetros río arriba. No pasó mucho tiempo sin que el pastor se diera cuenta de algo que lo dejo muy pensativo.
Un día que paseaba por el bosque vio por casualidad a unos obreros de la empresa del pueblo sacando troncos del río que pertenecían a la competencia, les cortaban la punta donde aparecían las siglas de la otra empresa y los metían en su propia serrería.
El pastor se quedo muy preocupado por lo que había visto y trabajo todo el resto de la semana en un sermón titulado: “No codicies la casa de tu prójimo” basado en Éxodo 20:17. El mensaje cayó bien y la mayoría felicitó al pastor elogiando bastante su manera de predicar. Pero al lunes siguiente todo siguió como de costumbre, nadie se dio por enterado y siguieron haciendo las mismas cosas de siempre: Robando los troncos del vecino.
Así que al siguiente domingo predicó un mensaje más específico y fuerte. Lo tituló: “No robes” basado en Éxodo 20:15. ¡Fantástico! ¡Estupendo!, le dijeron muchos. Pero a la semana siguiente todo siguió igual.
El pastor se sintió indignado y pensó: ¡Hay que terminar con esta situación! Por lo que al domingo siguiente predicó un mensaje bien específico: “No robes del río los troncos de tu vecino” Aquella misma noche lo expulsaron de La Iglesia y del pueblo.
Cual es tu posición: ¿Eres el predicador? ¿Qué estas predicando? ¿Eres el que recibe la palabra? ¿Qué haces con la palabra que recibes?
"¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios." 1 Corintios 6:9-10
“Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.” 1 Corintios 6:11
“¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!” Isaías 5:20
Un joven predicador llegó a pastorear su primera Iglesia. La congregación era pequeña y estaba compuesta en su totalidad por la gente de un pequeño pueblo maderero. Todos trabajaban en la industria de la madera del lugar, que se hallaba en fuerte competencia con otra empresa a unos kilómetros río arriba. No pasó mucho tiempo sin que el pastor se diera cuenta de algo que lo dejo muy pensativo.
Un día que paseaba por el bosque vio por casualidad a unos obreros de la empresa del pueblo sacando troncos del río que pertenecían a la competencia, les cortaban la punta donde aparecían las siglas de la otra empresa y los metían en su propia serrería.
El pastor se quedo muy preocupado por lo que había visto y trabajo todo el resto de la semana en un sermón titulado: “No codicies la casa de tu prójimo” basado en Éxodo 20:17. El mensaje cayó bien y la mayoría felicitó al pastor elogiando bastante su manera de predicar. Pero al lunes siguiente todo siguió como de costumbre, nadie se dio por enterado y siguieron haciendo las mismas cosas de siempre: Robando los troncos del vecino.
Así que al siguiente domingo predicó un mensaje más específico y fuerte. Lo tituló: “No robes” basado en Éxodo 20:15. ¡Fantástico! ¡Estupendo!, le dijeron muchos. Pero a la semana siguiente todo siguió igual.
El pastor se sintió indignado y pensó: ¡Hay que terminar con esta situación! Por lo que al domingo siguiente predicó un mensaje bien específico: “No robes del río los troncos de tu vecino” Aquella misma noche lo expulsaron de La Iglesia y del pueblo.
Cual es tu posición: ¿Eres el predicador? ¿Qué estas predicando? ¿Eres el que recibe la palabra? ¿Qué haces con la palabra que recibes?
"¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios." 1 Corintios 6:9-10
“Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.” 1 Corintios 6:11
© Chalo Jiménez 2008. Derechos Reservados.
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