¡Jesús Nunca Recibió Diezmos!
La vida de Jesús debería ser el ejemplo para nosotros sobre el dar. Si Él Señor Jesús hubiese cobrado o dado diezmos posiblemente un pastor podría tener un argumento razonable para recaudar diezmos, pero Él no lo hizo.
“Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos” 2 Corintios 8:9
“Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente” Mateo 10:8
Hay algunos que razonan que Jesús como Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec, recibió diezmos de Abram y por esto están autorizados los “pastores” modernos para recibir los diezmos porque siendo una parte de Cristo, son parte de ese sacerdocio.
Aunque por encima tiene un aro de racionalidad, hay agujeros suficientes en esta línea de razonamiento como para hundir un buque. Como mencionamos antes, Abram diezmó únicamente el despojo de guerra y él no se guardó el resto. El dio casi todo al rey de Sodoma. Hebreos 7.
Además, los ministros Cristianos hoy no pueden llamarse sacerdotes como Melquisedec. Este sacerdocio no es “transferible”. “…pero como Jesús permanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero” Hebreos 7:24. La interpretación literal de este pasaje en griego significa "un sacerdocio que no pasa de uno a otro." Nadie puede suceder a Melquisedec. Jesús es el único que puede tomar esta posición. Los ministros aquí sobre la tierra, hasta los buenos mueren, probando que su sacerdocio aquí sobre la tierra tiene un fin.
Para hacer la cuestión aun más difícil para los que rehúsan dejar su lujuria por el dinero para financiar sus reinos, Pedro nos dice que la llamada – ekklesia-, la iglesia es "…linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable." 1 Pedro 2:9
¡Somos todos nosotros! Usted es un sacerdote. ¿Se supone que todos nosotros nos demos el diezmo el uno al otro? Seguro que ese no es el diezmo que los pastores quieren. Ellos quieren que su diezmo sé lo de a ellos. Pero según su propio razonamiento, usted tiene el mismo derecho a exigirles a ellos que le den el diezmo a usted, porque usted es parte del mismo sacerdocio.
Yo mencioné a principios de este artículo que los que enseñan a diezmar como un principio o ley del Nuevo Pacto son realmente los que están robando a Dios. ¿Cómo? Se preguntará usted.
Muchos pasajes de
Encontramos algunos de ellos enumerados en 1 de Corintios 12. Hay otra lista de dones, igualmente necesarios y también en el Nuevo Testamento. Hallamos esa lista en Romanos 12:4-8. Uno de los dones enumerados es el don de dar.
Ahora si el Espíritu Santo reparte los dones como Él quiere, los diferentes miembros del cuerpo hacen cosas diferentes y son equipados de manera diferente para hacer su trabajo. Los proponentes del diezmo exigen, el 10 por ciento de los ingresos de todos, pero hay a quien se le da específicamente el "don de dar.” Que tal si Dios bendice a un hombre, que se mete en un negocio y lo hace billonario. Al darle Dios el don de dar, le pide que dé el 99 por ciento de lo qué gana, pero a él le enseñaron que si da el diezmo es magnifico, no dará realmente la cantidad plena qué Dios lo llamó a dar! El hombre entonces acaba presumiendo por dar su 10%, es nominado para tesorero de la iglesia, y aún no tiene la plenitud del don que se le ha dado para bendecir el cuerpo de Cristo y al mundo.
¿Recuerde las parábolas sobre los talentos distribuidos irregularmente entre la gente? Creo que hay hombres y mujeres en el cuerpo de Cristo quienes deberían haber dado billones de dólares, que por la falsa enseñanza sobre el diezmo, se han quedado cortos en cumplir sus dones. Así los que enseñan el diezmo llevan a muchos a vivir por
He encontrado muchos Cristianos quienes diezman que se sienten así mismos virtuosos. ¿Por qué?
Porque mezcla de la ley y la gracia hace que se sientan personas virtuosas, es el espíritu del Fariseo.
“El fariseo se puso a orar consigo mismo: "Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo." Lucas 18:11-12.
© Chalo Jiménez 2008. Derechos Reservados.
Imprimir
Comentarios