Escrito por: Chalo Jiménez
“Imítenme
a mí, como yo imito a Cristo. Los
elogio porque se acuerdan de mí en todo y retienen las enseñanzas, tal como se
las transmití” 1 Corintios 11:1, 2
La
Tecnología de lo Obvio consiste en observar de manera detenida a quienes ya han
logrado la excelencia, para lo cual se requiere una alta dosis de humildad. Los
grandes hombres de la industria o grandes multinacionales viajan por todo el
mundo utilizando dicha tecnología, han visitado las empresas más exitosas,
quieren recorrer esa misma ruta para ahorrarse penas y fracasos, tomando el
camino del éxito, definitivamente el mundo invierte lo que sea, con tal de
conseguirlo.
En
su obra “Excelencia Directiva” Miguel Ángel Cornejo define por primera vez el termino La
Tecnología de lo Obvio, como resultado de observar a Japón surgido del
desastre, después de la segunda guerra mundial y luego de sufrir condiciones
devastadoras: 40% de las grandes ciudades en ruinas, dos millones de muertos y
un ingreso per cápita de 20US año.
Hace
casi dos mil años, para ser exactos en el año 57 DC, EL Apóstol Pablo escribe a
sus hermanos de Corinto acerca de La Tecnología de lo Obvio. Era necesario
fijar la figura de Jesús para seguir como modelo de excelencia y de pureza. Los
creyentes de los primeros tiempos tenían sus debilidades como nosotros y su fe aún
no había eliminado el peso de las realidades humanas.
Corinto
tenía desde tiempo antiguo un santuario consagrado a la «diosa del amor» Afrodita,
según los griegos, en cuyo derredor se desarrollaba una prostitución que de
sagrada no tenía nada. En tiempos de Pablo las prostitutas se contaban por miles.
Además, cerca de allí se celebraban cada dos años competencias, como Los Juegos
Olímpicos, que atraían gran cantidad de gente. Así que Pablo advierte en sus
cartas aspectos que corrompen la vida de Corinto como: dinero, esclavitud,
prostitución y los juegos del estadio.
Parece que nada ha cambiado para
nosotros los creyentes, La Palabra de Dios es tan vigente hoy como en aquella
época, por eso es necesario que:
“Fijemos la mirada en Jesús, el
iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba,
soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está
sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró
frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni
pierdan el ánimo” Hebreos 12: 2,3
© Chalo Jiménez, Mayo de 2008. Derechos Reservados.
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Gracias.
Luz Miriam.