Escrito por: Chalo Jiménez
1 Corintios 3:11 “...porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya esta puesto, que es Jesucristo.”
Hay una característica inherente al “centro” y es que debe ser inamovible. Será que aquello en lo que tiendes a apoyarte como tu centro, llámese esposo, trabajo dinero, hijos, ¿cumplen con esa característica? O será que un día llega la muerte y te los arrebata, o una enfermedad te deja sin dinero o quizá tu empresa un día quiebre.
1 Corintios 3:11 “...porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya esta puesto, que es Jesucristo.”
En el siglo II d.C. Claudio Tolomeo, astrónomo griego, sostuvo que la tierra estaba inmóvil y que se encontraba en el centro del universo. En el siglo XVI d.C. El astrónomo Polaco Nicolás Copérnico, revolucionó la ciencia al postular que la tierra y los planetas giraban en torno al sol. Para esta misma época, en 1517, se inicia la reforma protestante, con el teólogo Alemán Martín Lutero, para quien la esencia del Cristianismo no se encuentra en la organización encabezada por el papa, sino en la comunicación directa de cada persona con Dios.
Es curioso observar como a lo largo del tiempo la humanidad siempre ha estado en busca de un centro. Sin lugar a dudas, hoy no entraríamos a discutir, si la tierra o el sol son el centro del universo, en cambio nos podríamos preguntar: ¿Quién es el centro de nuestra vida? Alguna vez te has detenido a pensar si en realidad consideras a Cristo como el centro de tu vida o si todavía estas como una rueda suelta buscando en torno de que girar. ¿Talvez te has descubierto trabajando, pensando, viviendo, para algo o para alguien que no sea tu Señor?
El único que nunca cambia de lugar es Cristo, por eso es el único centro. Entonces… ¿Por qué no aceptar hoy como nuestro centro a Aquel que ni la tormenta, ni la calma, lo hacen cambiar de lugar, a Aquel que siempre esta allí cuando todos se van?
Girar en torno de un CENTRO EQUIVOCADO siempre nos dejara cansados y agobiados (Mateo 11:28). Por eso la invitación es a que empieces a hacer girar tu vida en torno al único y verdadero centro: JESUCRISTO
© Chalo Jiménez, Mayo de 2008. Derechos Reservados.
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