Escrito por: Luz Miriam Scarpeta
"El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros" Isaías 61:1
El ejercito de la republica de Colombia, realizo el pasado dos de julio la operación jaque, una operación audaz llena de heroísmo en donde fueron liberados quince rehenes, ciudadanos de diferentes nacionalidades, que se encontraban en manos de un grupo al margen de la ley. Al escuchar el anuncio de su libertad, como era lógico después de casi diez años de cautiverio, los corazones de los cautivos se hincharon de alegría, literalmente volvieron a la vida.
De la misma forma como estas personas experimentaron el cautiverio físico, un ser humano puede experimentar el cautiverio espiritual, en donde el verdugo es Satanás. La buena noticia es que el precio de la libertad ya fue fijado y pagado en la cruz del calvario, sellado con la sangre de Jesucristo.
En el reino de los cielos fue planeada desde siempre la operación Salvación, para llevar a cabo el rescate no solo de tu vida sino de la humanidad caída. El mismo Jesús comandó la misión y se introdujo en territorio enemigo, aun sabiendo que la paga por nuestra libertad sería su propia vida. El ejército de los cielos está listo para darte la libertad espiritual, sólo esperan que tú mismo des la respectiva autorización para actuar, porque Dios nos ha dotado con un espíritu libre que decide de que lado estar.
Hoy mismo puedes abandonar esa selva de pecado, esa pesada cadena de maldición en la que estás cautivo, y escuchar la proclama de la libertad, hoy mismo puedes escuchar la potente voz del libertador Jesús desde el fondo de tu corazón que te dice: ¡Soy el comandante del Ejercito de Dios!, y te anuncio: ¡Libertad!
“Cristo nos liberto para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.” Gálatas 5:1
Permite que Jesucristo corte las cadenas que te atan al pecado y así podrás proclamar con alegría que: “Cuando el Señor hizo volver a Sion a los cautivos, nos parecía estar soñando. Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas. Hasta los otros pueblos decían: El Señor ha hecho grandes cosas por ellos” Salmo 126:1-2
© Chalo Jiménez 2008. Derechos Reservados.
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