Escrito por: John Bevere
Jesús llama "lobos con piel de cordero" a los falsos profetas (Mateo 7:15). Son hombres que buscan lo suyo, que aparentemente son cristianos (usan la "piel de cordero") pero en su interior, tienen naturaleza de lobo. A los lobos les gusta andar rondando a las ovejas. Se los encuentra tanto en la congregación como en el pulpito. Son enviados por el enemigo para infiltrarse y engañar. Deben ser identificados por su fruto, no por sus enseñanzas, ni por sus profecías. Muchas veces, su enseñanza parece ser sana, mientras que el fruto que se ve en sus vidas y ministerios no lo es. Un ministro, un cristiano, es lo que vive, no lo que predica.
Los lobos siempre persiguen a las ovejas heridas o jóvenes, no las que son fuertes y sanas. Ellos les dicen a las personas lo que éstas desean oír, no lo que necesitan oír. Esas personas no desean una sana doctrina; lo que quieren es alguien que halague sus oídos. Veamos qué dice Pablo sobre los últimos días: La impiedad en los últimos días.
“Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!” 2 Timoteo 3:1-5
“Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos.” 2 Timoteo 4:3-4
Observemos que estos hombres tendrán una apariencia de piedad, o cristianismo, pero negarán su eficacia. ¿Cómo lo harán? Negando que el cristianismo puede hacer que pasen de la falta de perdón al perdón. Se jactarán de ser seguidores de Jesús y proclamarán que han "nacido de nuevo", pero aquello de lo que se jactan no ha logrado atravesar sus corazones y producir el carácter de Cristo.
Pablo podía, ver proféticamente que estos hombres y mujeres engañados tendrían el celo de obtener conocimiento, pero permanecerían sin cambios porque jamás lo aplicarían.
El los describió como personas que "…siempre están aprendiendo, pero nunca logran conocer la verdad." 2 Timoteo 3:7.
Si Pablo viviera hoy, se entristecería al ver que lo que él predijo está cumpliéndose. Vería multitudes de hombres y mujeres asistiendo a campañas evangelísticas, seminarios y cultos en las iglesias, acumulando conocimientos sobre
Vería publicaciones y programas de radio y televisión cristiana donde se ataca a hombres y mujeres de Dios con nombre y apellido. Vería a los carismáticos yendo de iglesia a iglesia, escapando de las ofensas, profesando el señorío de Jesucristo al tiempo que no logran perdonar. Pablo clamaría: "¡Arrepiéntanse, y sean libres de su engaño, generación de hipócritas egoístas!"
No importa cuan actualizado está usted en cuanto a las nuevas revelaciones, ni a cuántos seminarios e institutos bíblicos ha asistido, ni cuántos libros ha leído, ni siquiera cuántas horas diarias ora y estudia. Si usted está ofendido y no ha perdonado, y se niega a arrepentirse de este pecado, no ha llegado a conocer la verdad. Está engañado, y confunde a los demás con su estilo de vida hipócrita. No importa cuál sea la revelación que tenga; su fruto cuenta una historia diferente. Se convertirá en una fuente de la que brota agua amarga que produce engaño, no verdad.
TRAICIÓN
“En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán” Mateo 24:10
Examinemos esta afirmación. Si observamos con cuidado encontraremos una progresión. Una ofensa (tropiezo) lleva a la traición (la entrega) y la traición lleva al odio.
Las personas que han sido ofendidas construyen muros para protegerse. Comienzan a concentrarse en la autopreservación. Deben estar protegidas y seguras a cualquier costo. Esto las hace capaces de traicionar a otros. Cuando traicionamos a alguien, estamos buscando protegernos o beneficiarnos a costa de otra persona; generalmente, de alguien con quien estamos relacionados.
Por lo tanto, una traición en el reino de Dios se produce cuando un creyente busca su propio beneficio o protección a expensas de otro. Cuanto más estrecha es la relación, más grave es la traición. La traición es la máxima ruptura del pacto. Cuando se produce una traición, la relación no puede ser restaurada a menos que vaya seguida de un genuino arrepentimiento.
La traición, entonces, lleva al odio, con consecuencias muy graves.
¡Qué triste que podemos encontrar ejemplo tras ejemplo de ofensas, traiciones y odio entre los creyentes, en la actualidad! Es algo tan generalizado en nuestros hogares e iglesias que se le considera un comportamiento normal. Estamos demasiado adormecidos como para lamentarnos cuando un ministro acusa a otro frente al tribunal. Ya no nos sorprende que una pareja cristiana inicie un juicio de divorcio. Las divisiones en las iglesias son comunes y predecibles. Las políticas de los ministerios se definen como en el mundo. Se presenta como algo que responde a los mejores intereses del reino o de la iglesia.
Tomado del libro “
Imprimir
Comentarios
Asi es sin mas ni mas; los primeros en ser desenmascarados serán aquellos abusadores que se paran en los altares a hablar del amor de Dios, cuando en sus propios corazones solo hay amor...pero al dinero y como este es la raiz de todos los males, imaginate en manos de quien esta el pueblo de Dios.
Con razón Jesús les dijo HIPOCRITAS, Hay de ustedes, ni entran en el reino de los cielos ni dejan entrar a los que lo necesitan.
Chalo Jimenez