Escrito por: Myles Munroe
El Dios que nos dio la vida nos dio al mismo tiempo la libertad.
Thomas Jefferson
La libertad es una responsabilidad que solo los maduros pueden aceptar y sobrellevar. Se da en nuestra mente cuando aceptamos nuestra responsabilidad de avanzar y permitir el reacondicionamiento de nuestro pensamiento opresivo. Quienes no avanzan viajan en interminable círculo porque nada cambia de verdad hasta tanto cambie la mente.
Leí un informe reciente en una revista científica, sobre un hombre de ciencias que estudia el poder del condicionamiento. El equipo de este científico ató a un perro a un poste. Luego pusieron su alimento justo fuera de su alcance. Cuando el perro intentaba llegar a la comida se lastimaba porque su correa no era lo suficientemente larga. Cada vez que tironeaba para llegar a la comida, sentía dolor. A la cuarta semana de este cruel experimento, el perro permanecía junto al poste. Ni siquiera intentaba llegar a la comida. Durante la quinta semana le quitaron la correa y lo ubicaron a sesenta centímetros del alimento. Pero el perro permanecía cerca del poste. El animal se negaba a acercase a la comida. Había sido condicionado por el dolor que le impedía buscar el alimento que ahora era libre de comer, pero él creía que no podría hacerlo.
El perro casi muere de hambre durante las últimas siete semanas del experimento. No se apartaba del poste aunque el alimento estuviera a su alcance. De hecho, debieron alzarlo y llevarlo hasta el alimento para volver a condicionarlo gradualmente.
Este experimento, cruel como es, demostró que cuando la mente del animal está condicionada, vivirá dentro de las limitaciones impuestas por el condicionamiento, aún después de ser librado del mismo. También ilustra con claridad el problema que tuvo Dios con los hijos de Israel. Estaban sometidos a la esclavitud, atados al poste del Faraón, como lo habían estado durante cuatrocientos treinta años. Luego, un día Dios envió a un hombre llamado Moisés para que quitara la correa y los dejara libres y él liberó a Israel de la mano de su opresor.
Pero liberarlos de sus pensamientos de opresión fue algo totalmente diferente.
La razón por la que Dios se negó a llevar a los israelitas directamente a Canaán después de su liberación, fue porque seguían mentalmente siendo esclavos de Egipto. Habían sido liberados de Egipto, pero todavía no eran libres. Así que Dios debió lidiar con sus mentes aunque sus cuerpos estaban ya libres de la opresión. Esta ilustración capta el principio que se aplica a las personas, las comunidades y las naciones: las condiciones determinan la conducta hasta que son interrumpidas por una fuerza externa.
El componente importante que falta en la vida de muchos creyentes y comunidades cristianas es la base del conocimiento sobre la administración. Es con el fin de cambiar esta situación que he escrito los capítulos que siguen. No hemos aprendido a dominar la irresponsabilidad que nos legó Adán, y hemos malinterpretado y administrado mal nuestro llamado a gobernar
Para muchos de nosotros el cielo es el objetivo y la opresión es nuestro modo de pensar. Como los hebreos en la antigüedad, marchamos en círculo sin ver la buena vida en
Hay cristianos supuestamente exitosos que tienen título y posición en grandes compañías, pero no pueden manejar a su propia familia. Ganan US$ 600.000 al año, pero siguen dando vueltas en el desierto cuando se trata de amar a sus esposas. Han aprendido a ganar y administrar el dinero, pero no saben manejar sus hogares. El Salmo 127:1 dice: "Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles". Quiero hablar de la administración como la designa Dios: para plenitud de cada uno de nosotros.
Creados para la libertad
La libertad -lo que es y lo que no- es el principio central de la relación original de Adán, y el propósito de este libro. En el relato de Génesis, Dios el Creador puso al hombre en el Jardín y dijo: "Eres libre".
"…y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»" Génesis 2:16-17
Dios declaró que el hombre era libre y le dio trabajo. La libertad es algo básico en la voluntad de Dios para el hombre. Adán era libre de producir, duplicar, multiplicar y fructificar todo lo que Dios le había dado para hacer, pero no era libre de violar la ley de Dios. Dios puso solo un elemento en el Jardín para mantener la obediencia del hombre: el árbol del conocimiento del bien y del mal. Imagine los millones de árboles que Dios había creado y, sin embargo, puso un cartel de "No pasar", frente a uno solo. Esto era necesario para poder activar la voluntad del hombre por medio del poder de elección.
Liberación no es libertad
Quizá haya construido usted una linda casa al borde del desierto de Sinaí. Se siente cómodo en su opresión, pero sabe que Dios tiene mucho más reservado para usted. Ha dejado de creer en los milagros porque ya no los ve. No ha escuchado a los mentores que se le asignaron en la vida. Y no ha sido fiel a
No hay forma de entrar en la libertad sin soportar el peso de su responsabilidad. Si quiere ascender al puesto de gerente general, debe estar dispuesto a aceptar la responsabilidad de esta posición. El precio de la responsabilidad requiere de más tiempo, talento, energía, iniciativa y sustancia. El título es bueno; la paga, maravillosa; pero la carga laboral es siete veces mayor. Tiene que estar allí antes que todos los demás, y será el último en dejar la oficina. Si algo sale mal, lo llamarán a usted, de día o de noche. Si el caño de agua se rompe a las 03:00, recibirá una llamada de teléfono. El día de trabajo de 09:00 a 17:00 ya no se aplica a usted, porque ahora es usted el gerente general, y ahora usted trabaja todo el tiempo.
Es fácil ser encargado de limpieza, porque puede irse a las 17:00. Cuando trabaja como empleado, a veces podrá salir a almorzar y tardar casi dos horas, porque casi nadie se dará cuenta. Pero si quiere progresar debe madurar a la responsabilidad de la libertad, porque hay un costo.
Liberarse del opresor no garantiza que nos liberemos de la opresión. Pero la responsabilidad sí nos da esta garantía. La responsabilidad hace que decidamos esforzarnos para levantarnos más temprano y trabajar todo el día hasta terminar con la tarea. Y esto es lo que nos permite hacer la libertad cuando sinceramente queremos ser libres de veras.
Tomado del libro “EN BUSCA DE
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