Cuando yo puedo abrazar un nuevo proyecto
en mi vida, entonces, he entrado en una nueva etapa donde el perdón hizo su
efecto, miro ahora mi vida por lo que estoy logrando, a dónde estoy yendo, qué
hice con todo ese dolor que ya se está yendo de mi vida, estoy subiendo a un
nuevo escalón y cuando lo hago, en ese momento, Dios va a venir y te va a
presentar la cabeza de tu enemigo.
Vos decís:
estoy entrando en un nuevo proyecto, tengo algo por qué vivir, tengo ganas de
vivir, ya me estoy olvidando de mis heridas….y ahí viene el Señor, que dice,
acá está ¿Qué querés que haga con tu enemigo? ¿Qué querés que haga con el que
te dañó, con el que te insultó, qué querés que haga?
Y sabes qué es lo más lindo, que vos le decís, “Nada Señor, ya
no me importa, no me interesa, no quiero saber nada más, estoy libre”. Cuando
te vuelven las ganas de vivir,
¡estás libre!
¡Cada
vez que perdonás, te llevas el trofeo más grande!
Jesús le tuvo que decir a Dios, Papá perdona. Cuando llegás al nivel de decirle a Dios, de esa persona que te dañó a vos, es porque tu perdón llegó al punto final. Porque ya está, ya no necesitás nada, no necesitás vengarte, ahora Dios, si querés perdónalo, pero eso, está en tus manos. ¿Saben cuándo una persona llega a su punto final? cuando llegó a un nuevo nivel en su vida.
Si todavía estás atado a la bronca, a la
ira, es porque estás estancado en el mismo lugar, y Dios te dice: “Yo necesito
que subas a un nuevo nivel, que tengas nuevas expectativas de vida, que tengas
ganas de vivir, que tengas nuevos proyectos, que te ocupes de cosas diferentes
porque tu mente, todo tu cuerpo y tu espíritu estuvo atado a ese dolor; ahora
necesito que pases a un nuevo nivel y que tengas en claro lo que yo voy a hacer
en tu vida porque, si tenés en claro que vas a ir a un nuevo nivel, si tenés en
claro que estás haciendo algo grandioso, si tenés en claro que yo estoy con
vos” -dice el Señor.
Eso va a aparecer y cuando te ponga a tu
enemigo adelante, vas a decir: Señor, yo no quiero ni vengarme, no quiero nada,
si querés perdónalo, está en tus manos”.
Ahora, cuando perdonás no estás pensando en
el otro, estás pensando en vos.
No digas, No sé cómo hacerlo, porque te lo
expliqué es: PERDÓN, PERDÓN Y PERDÓN. Perdón instantáneo, perdón como proceso,
cómo hábito y perdón final, perdón, perdón y perdón; no hay más secreto.
¡Probalo! Hiciste tantas cosas para sacarte a esa persona de encima y nada te
sirvió y estás metida en la bronca, perdón, perdón y perdón, es solamente esa
palabra y esa palabra es poder de Dios sobre tu vida.
Sé
obediente y hoy perdona a esa persona y hoy yo te puedo asegurar que empezás el
proceso de tu sanidad que te va a subir un nuevo nivel en tu vida. PERDONÁ,
porque si perdonas, el que va a ser bendecido vas a ser vos.
Perdonar es un acto de la voluntad, cada
vez que perdonás, te pareces más a Jesús, adquirí el hábito, pone punto final a
esa etapa de tu vida que fue dolorosa, que yo sé que te angustió, que yo sé que
tenés razón porque a vos te dolió, a vos te lo hicieron, yo te entiendo, sé
porque duele tanto cuando te hacen algo, duele tanto pero te libera tanto cuando
perdonás, es más grande la liberación que el odio, por eso te digo una cosa,
pensá en esa persona y perdónalo, esa palabra que expresás vos ahora dentro
tuyo tiene un valor, esa palabra tiene un poder como ese remedio que va a
empezar a actuar dentro de tu vida.
Por Alejandra Stamateas
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