Escrito por: Juan Carlos Bejarano De
“Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad” Juan 4:23-24.
La iglesia no es una pasarela donde exhibirse sea la norma, ni un teatro callejero donde el disfraz sea un recurso, sino un templo más allá de cuatro paredes en el que todos somos iguales para: adorar y adorar en la eternidad (bíblicamente es la única tarea que se nos anuncia desde antes de arribar a ella). Donde la reverencia y la veracidad sean la norma y no la excepción, donde la verosimilitud sea un requerimiento y no un show de TV.
Lo que se viene sobre el planeta no es otro avivamiento en determinada iglesia o país, ni un despertar espiritual aislado; lo que está por pasar es una revolución verificable y simultanea en sus cuatro puntos cardinales. Queremos siempre conocer la voluntad de Dios; pero no podemos asumirla de manera automática basada en pasadas experiencias o enseñanzas, sino en un caminar íntimo, cara a cara que va más allá de un ejercicio mental estacionado en el pensamiento natural. Personalmente anhelo vivir en el lugar de sus deseos, quiero ser la respuesta a sus deseos así como ÉL es la respuesta a los míos. Quiero escuchar y moverme en el lugar donde se escuchan sus susurros. Hemos sido invitados a vivir en el cara a cara con Dios que nos prepara como la novia sin mancha ni arruga.
Llegó la hora de la iglesia latinoamericana, y la colombiana será protagonista. Tendemos a pensar que nuestras iglesias son insignificantes, porque las comparamos con los “apóstoles” palpitantes de la tele, con las sillas, las alfombras y los diezmos de las demás. Que las de otros países se yerguen limpias, poderosas, equitativas y misericordiosas; cuando la realidad es otra: “La hora de mayor segregación en el hemisferio norte es los domingos de
En Mateo 4:18-22; 9:9, Jesús llama a cuatro pescadores para que lo sigan y se conviertan en “pescadores de hombres.” También llama a un recaudador de impuestos a seguirlo y se convierta en su discípulo. Ya pasó el tiempo de escuchar nuestros mismos testimonios con diferentes pieles. Hemos oído muchas historias redentoras de fornicarios, drogadictos y ladrones lavados por la sangre del Cordero. Llegó la hora de escuchar las historias de aquellos que llegaron vírgenes al matrimonio, que no sucumbieron al peer presure de la aprobación y no han caído en el alcoholismo, la drogadicción, los Emos, el homosexualismo, ni la anorexia. Llegó la hora de los Josías que pueden adorar al CREADOR bailando y cantando al ritmo de un animado poema, como aquel de postergar el primer beso (Grupo DNA, domingo 3 de agosto de 2008). Llego la hora de la juventud que no se conforma con una referencia de Dios sino que quiere ver el dedo de Dios en todos los asuntos del orbe. Llegó la hora de poner fin a seminarios palpitantes donde se nos dice que somos águilas, y salimos emocionados al mismo gallinero que tenemos por casa. (*Silvano Espíndola: Stop sólo para atrevidos, domingo 3 de Agosto de 2008).
Alcanzar todo nuestro potencial en el SEÑOR es nuestro objetivo. ÉL no está buscando nuestra perfección acá en este mundo, mira nuestro potencial. Darle el control de nuestras vidas para llegar a ser las personas y la iglesia que él quiere que seamos. Prepararnos para habitar en su palacio.
¿Cómo ve a su familia y amigos? ¿Su vecino? ¿Aquél indigente en la calle? ¿Ese colega de trabajo al que no soporta? ¿Puede ver a todas estas personas como potencial realeza en el Reino de Dios? ¿Se ve usted como un príncipe o una princesa en gestación?
Dios creó la raza humana para ejercer domino sobre el orden creado; para reinar con ÉL y co-dirigir el ámbito físico. Somos todos potencialmente príncipes y princesas.
En el mundo tenemos la tendencia a juzgar por apariencia. Nos dejamos fácilmente impresionar por las credenciales humanas y somos rápidos para descalificar a aquellos que no dan la “talla” de los estándares establecidos. DIOS no mira la apariencia, ve el potencial. (1 Samuel 16:7) Consideremos los apóstoles de Jesús. Desde los estándares humanos, sería difícil imaginar un grupo menos calificado para que se le confiara el trabajo de Dios.
Cuando los emisarios del rey Asuero buscaban una nueva reina, no estaban buscando perfección, buscaban potencial. Los emisarios de Asuero sabían que ninguna joven estaba lista para entrar en su presencia; vieron capacidad y potencialidad que las habilitaría para el Rey.
De la misma manera ninguno de nosotros está en condiciones para el REY. ÉL nos habilita esas condiciones para ser dignos de Él. No importa quién es usted, dónde ha estado, o qué ha hecho; puede llegar a ser la persona para lo cual la creó. Él conoce mejor que nadie el potencial que colocó en cada uno de nosotros. El Espíritu Santo está listo a moldearnos conforme a esa persona, sólo tenemos que permitírselo. No hay que conformarnos con menos de lo que Dios tiene para nosotros. Permitámosle que nos eleve al nivel del potencial que ve en cada uno de nosotros. En adoración aprendemos a ver la realidad visible y oculta, también aprendemos a mirarnos como ÉL nos ve.
“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús” Filipenses 1:6
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Comentarios
Creo fervientemente que hay muchos pastores en " uso del buen retiro" por no encontrar iglesias influenciadas por el Espiritu Santo y a esos pastores les hago el llamado para que integren en oracion y hagamos la verdadera iglesia de Jesus.El Reino se debe anunciar a todas las nacione y punto, arranquemos ya.