Escrito por: Myles Munroe
El mayor sueño en el corazón de cada ser humano es el de un mundo perfecto. El mayor deseo y búsqueda de todo humano es el poder por alcanzar su sueño. Todos queremos poder, el cual es la habilidad y capacidad de controlar las circunstancias y el destino.
Nuestra práctica no siempre logra nuestros sueños y deseos; sin embargo, considere:
- La consecuencia caótica de un atentado de asesinato presidencial.
- El rescate y la recuperación luego de la devastación de un poderoso huracán.
- Países luchando contra la pobreza aplastante y la pandemia del SIDA.
Donde sea que haya una crisis, las personas quieren saber, "¿quién está a cargo?" Quieren encontrar al que tiene la autoridad y la habilidad para resolver los problemas, brindar estabilidad, y mantener una vida pacífica y próspera.
Cuando a Ronald Reagan le dispararon al inicio de su primer período presidencial, la prensa quería saber quien estaba dirigiendo el país mientras él estaba en cirugía y en recuperación. Su secretario de estado fue criticado por su apresurada elección de palabras, "Yo estoy en control aquí", porque él no era el siguiente en la línea de sucesión presidencial. Puede que él haya tenido la habilidad, pero no tenía la autoridad legal para estar a cargo.
Cuando el huracán Katrina azotó a New Orleans, trayendo sufrimiento y muerte en esa región de los Estados Unidos, los oficiales federales y locales fueron el blanco de ataques por su presunta falta de respuesta a la crisis. Ellos tenían la autoridad, pero parecían carecer de la habilidad para tratar con las necesidades urgentes.
Algunos países luchan contra la perpetua pobreza e incontrolada propagación de enfermedades. Aquellos con gobiernos ilegítimos, los cuales han usurpado el control y despilfarrado los bienes y las vidas de sus pueblos, no tienen la autoridad, la habilidad, o el deseo de tratar con los problemas críticos a los que se enfrentan sus países.
Con frecuencia pareciera como si el estado del mundo actual es de crisis continuas, por lo que muchas personas están preguntando: "¿Quién está a cargo?" Queremos saber cómo resolver nuestros problemas globales, como los ataques de terroristas, la guerra, el crimen, el hambre, el SIDA, las epidemias de influenza e inestabilidad económica. ¿Quién tiene la autoridad, habilidad y deseo necesarios para tratar con todo esto?
Individuos, naciones e incluso corporaciones están tratando de resolver algunos de estos problemas, pero con frecuencia es difícil hacer cambios importantes.
Las Naciones Unidas está limitada en su autoridad y poder para ejecutar sus resoluciones y programas, y está actualmente, bajo escrutinio por falta de efectividad.
A menudo, nuestra inhabilidad de encontrar soluciones reales para los problemas también está reflejada en nuestra vida personal. Cuando surgen los reveses financieros, nuestros sueños personales son hechos añicos o nuestros hijos parecieran inclinarse a la auto-destrucción; de hecho nos preguntamos: "¿Quién está en control?"
Ciertamente no nos sentimos como si fuéramos nosotros. Una vez más ansiamos crear orden, paz y bienestar en nuestras familias. Deseamos la autoridad y el poder para cambiar nuestras circunstancias. Es por esta razón que estoy convencido que el deseo número uno de todas las personas en cada situación de la vida-global o personal-es el de obtener poder.
El poder es la habilidad para influenciar y controlar las circunstancias. El poder es el tema principal de la humanidad. Puede que las personas no lo expresen exactamente de esa manera, pero en el fondo, desean la habilidad de controlar y formar sus circunstancias, revertir los percances personales y familiares, y, construir una vida mejor para ellos mismos.
Es por esto que una persona que quiere ser millonaria, realmente no busca dinero. Él está buscando poder. Él quiere la capacidad de controlar lo que come, donde vive, que auto maneja y la manera en que conducirá su vida.
Con todo, tanto las personas más ricas como las más pobres sobre el planeta tienen este deseo. El tema principal de la humanidad es aplicable tanto para los gerentes generales como para las amas de casa. No hace diferencia entre la nacionalidad o la etnia que una persona pueda tener; todos desean influenciar sus vidas y el mundo a su derredor. Y la frecuente falta de esta influencia es frustrante y dolorosa.
El caos en nuestro mundo y la naturaleza incierta de nuestras vidas personales revelan la ausencia de autoridad y poder que puedan tratar con nuestras más profundas necesidades y asuntos más críticos. Esta es la razón por la que muchos admiramos y tratamos de imitar al talentoso, poderoso e influyente; es también por lo que buscamos cultivar un sentido de esperanza y fe en las cualidades nobles de la humanidad.
Queremos creer en nuestra habilidad de sobrellevar nuestras dificultades.
Por ejemplo:
- Cada año, las grandes revistas de noticias como Time y Newsweek, intentan identificar a la "persona del año".
- Muchas personas veneran globalmente los respetados premios humanitarios, como el Premio Nóbel de la Paz y el reconocimiento Templeton.
- El público ama los programas televisivos como ¿Quién quiere ser millonario?, Vas o no Vas, Sobreviviente, y especialmente el Ídolo Americano.
De hecho, American Idol tiene imitaciones en casi cuarenta países. Es un deseo universal, cruza las líneas nacionales, culturales y étnicas, para ser reconocido como el "mejor" y tener una buena vida de riqueza e influencias. Las personas quieren convertirse en estrellas de los medios de comunicación, de atletismo, negocios o religiones porque las estrellas tienen influencias, y las influencias les brindan poder sobre las situaciones y sobre otras personas.
Tomado del libro “La persona mas importante sobre la tierra” Myles Munroe
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