Escrito por: Chalo Jiménez
“Por tanto imiten a Dios, como hijos muy amados” Efesios 5:1,2
Desde el primer día de nacidos los niños comienzan a imitar, primero las expresiones faciales y los susurros, luego los movimientos corporales y las palabras básicas de sus padres. Durante el segundo año, la mayoría de los niños se obsesionan con la manera como los adultos usan los teléfonos, las llaves, las ollas y los teclados, los hijos entienden que las acciones que imitan tienen un significado, ser como sus padres.
Así mismo, observan y copian todo, incluso la mayoría de los aspectos del lenguaje, tales como: vocabulario, reglas básicas de gramática, hasta las malas palabras y sonidos son aprendidas a través de la imitación. De tal forma que si queremos que los niños aprendan a decir “por favor” y “gracias” debemos todo el tiempo hablar de esa manera y usar con frecuencia esas palabras, generalmente la forma en la que un niño trata a las personas nace de la imitación.
Según las leyes de
Vivimos en un mundo con el respeto perdido, con los malos hábitos muy arraigados y deseando con más pena que gloria, los tiempos aquellos cuando los padres si tenían que discutir, esperaban a que los niños se acostaran para no influir de manera negativa en ellos. ¿Dónde están esos padres que callan y guardan respeto frente a sus hijos?, ¿dónde están esos padres que templan sus nervios ante situaciones críticas y sonríen pese a las adversidades?, ¿dónde están esos padres que te inculcan el respeto a grandes cucharadas?, ¿dónde están esos padres ejemplares?
Asegurémonos de que los niños sean testigos de nuestros actos de nobleza, generosidad y compasión. “Entonces Jesús afirmó: Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo.” Juan 5:19.
De la misma forma cuando nosotros conocemos a nuestro Señor Jesús, empezamos como niños a imitarlo y progresivamente nos convertimos en sus discípulos, siendo ésta la mejor definición para un imitador de Cristo, es decir, aquel que sigue al maestro. Imitarlo no es tarea de un día, sino de toda la vida, nosotros estamos llamados a vivir, a caminar, a hablar y amar como Jesús nos ama, con el fin de que nuestro estilo de vida sea conforme a Su carácter. Sus actos son el mejor ejemplo encontrado en la historia de la humanidad. El jamás se equivocó. Una buena forma de llegar a ser como Cristo es siguiendo líderes que lo amen. “Querido hermano, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.” 3 Juan 11.
Un niño antes de imitar a su padre primero observa lo que él hace, como se comporta y como habla. La invitación hoy es a que fijes tu mirada en Jesús, observa cuidadosamente lo que El hace, sólo así podrás imitarlo y adquirir su carácter, para de esta manera agradar a nuestro Padre Amado.
“Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él” Marcos 10:15
Vea el video: EJEMPLOS NO PALABRAS!!!!!!!
© Chalo Jiménez 2008. Derechos Reservados.
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