Escrito por: Chalo Jiménez
“Y exclamó: « ¡Echa mano al estandarte del Señor! ¡La guerra del Señor contra Amalec será de generación en generación!” Éxodo 17:16
El Estandarte en este pasaje de las sagradas escrituras, es la vara de Dios levantado como un lábaro, en clara señal de victoria. Amalec representa a todos los enemigos de Cristo y de su reino.
En la actualidad el mejor trofeo que podemos elevar, es la oración suplicando al dueño de todo gran despliegue de fuerza y poder. Levantar las manos como bandera, es el signo de la victoria dada por nuestro Redentor Jesucristo en la cruz del calvario.
Es mejor caminar con los brazos levantados y no con ellos caídos como indicación de la derrota, tristemente el panorama del pueblo cristiano es desolador, muy pocos vamos con el Eterno de gloria en gloria y muchos van de la mano del enemigo murmurando contra el Salvador.
En este pasaje
Satanás siempre buscará atacarnos y casi siempre lo hará por la espalda y más aun cuando nos encontremos cansados, pero recuerda, quien se mete con el pueblo del Amado Padre se mete con Él mismo, a nosotros nos corresponde estar alertas y orar. No dudes que Satanás fue el primer ángel que se opuso a su Creador dando origen al pecado, y su fin será la destrucción total, por eso cuando venga a recordarte tu pasado recuérdale su futuro, pero mientras llega el momento del juicio tratará de llevarnos con él y ponernos en contra de nuestro hacedor. Dar los placeres del mundo y satisfacer los deseos de la carne son los premios que ofrece a quien le siga.
De nada sirve que Cristo nos diga que El ya venció, si nosotros no le creemos, es una quimera saber que la ofensiva es de El, cuando parecemos aliados del adversario.
Charles Spurgeon conocido como el príncipe de los predicadores hace ciento cincuenta años puso en alto el siguiente emblema: “Levántense amigos; agarren ustedes mismos el estandarte y manténganlo en alto hasta que llegue el día cuando nos encontremos en el último baluarte conquistado a los dominios del infierno, y cantemos todos: "¡Aleluya! ¡El Señor Dios Omnipotente reina!" Hasta entonces, continuemos luchando”.
Agustín de Hipona en 380 d.C. es decir hace más de mil seiscientos años encumbro con su diestra de manera espléndida en el monte prometido, está verdad imperecedera: “La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios”.
1 Tesalonicenses 5:17 “Oren sin cesar”
Y tú, ¿Qué esperas? ¡Echa mano al Estandarte!
© Chalo Jiménez 2008. Derechos Reservados.
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